viernes, 30 de abril de 2010

Chile 1962. Historia Grande en un Torneo Gris

La VII Copa Mundial de Fútbol se desarrolló en Chile, entre el 30 de mayo y el 17 de junio de 1962. Tras 12 años, el máximo torneo de fútbol retornaba a Sudamérica, instaurándose una rotación entre Europa y América que persistiría hasta el nuevo siglo.

Chile asentó su postulación en 1954, igual que Argentina y Alemania, que a la postre se apartaría. Una comisión de la Federación de Fútbol de Chile, encabezada por Carlos Dittborn y Juan Pinto Durán, recorrió varios países convenciendo a las asociaciones de fútbol que dudaban de la capacidad del país austral para organizar el torneo comparándolo con la superior infraestructura y al mayor prestigio de Argentina.

En junio de 1956 se reunió el Congreso de la FIFA en Lisboa para definir la sede de 1962. Ese día, Raúl Colombo, representante argentino terminó su discurso con la frase «Podemos hacer el mundial mañana mismo. Lo tenemos todo». Al siguiente día, Dittborn, dando su alocución en español, inglés y francés, presentó cuatro argumentos que sostenían la aspiración chilena: persistencia en la asistencia a torneos y congresos de la FIFA, clima deportivo, tolerancia de credo y raza y estabilidad política e institucional del país. Además, Dittborn invocó el articulo 2 de los estatutos de FIFA que imponer a la copa Jules Rimet una función de fomento del fútbol en los países poco desarrollados. Finalizó su exposición con la frase “Porque no tenemos nada, queremos hacerlo todo”. Chile fue electo con 32 votos a favor, Argentina recibió 10 votos y 14 miembros votaron en blanco.

Los preparativos se iniciaron de inmediato. Los planes para modernizar gran parte del país, sobre todo en lo relativo a transportes y telecomunicaciones avanzaban vertiginosamente. Sin embargo, todo cambió el 21 de mayo de 1960 cuando el aterrador terremoto de Valdivia arrasó, entre otras ciudades, las subsedes de Talca y Concepción provocando más de 50.000 muertos y dejando tres millones de personas sin techo.

Dittborn pensó en que el sueño de su Mundial se había truncado y decidió devolver el dinero que había prestado el Gobierno para la realización del torneo al Presidente Jorge Alessandri. El mandatario ratificó el apoyo hacia el torneo aclarando que su realización era una cuestión que tocaba el honor patrio. El gobierno trasandino recibió el apoyo de varios países vecinos y la FIFA otorgó una donación de 20 mil dólares. La reconstrucción fue formidable y se pudo celebrar la competición sin mayores problemas.

Para la Copa se inscribió nuevamente un récord de 57 participantes. Con la implantación de la diferencia de goles, el sistema clasificatorio se ahorró partidos de repechaje que lo extendían innecesariamente. Francia y Suecia, que habían estado en el podio del mundial previo, marcaron la sorpresa al no clasificar, mientras nuevamente no clasificaron equipos de Asia y África. Los organizadores escogieron a la norteña ciudad de Arica, pensando en la segura clasificación del Perú que vendría con su hinchada por su cercanía a la frontera con ese país, pero finalmente Colombia eliminó al Perú y dejó a los chilenos con los crespos hechos.

El 18 de enero de 1962 se realizó el sorteo. Chile, a diferencia de lo ocurrido en otras ocasiones, cae en el grupo más difícil al tener que enfrentar a dos campeones previos: Alemania Federal e Italia, junto a Suiza. La tragedia chilena se agudiza con los fallecimientos de Pinto Durán en un accidente automovilístico y Dittborn, víctima de un paro cardíaco, 32 días antes del inicio del torneo. En su honor, el seleccionado local portó una cinta negra bajo su escudo mientras Carlos y Juan Pablo Dittborn, hijos del dirigente, izaron la bandera el día inaugural.

Antes de partir a Chile, los jugadores brasileños fueron recibidos por el presidente, Joâo Goulart, quien luego de una pomposa cena los despidió con este mensaje: “Deben conservar ésta copa, porque es el orgullo de todo el país. Ella hace olvidar las dificultades económicas a nuestros compatriotas y eso vale más que cualquier riqueza”. Esta declaración del gobernante carioca, sirve para aclarar por qué los gobiernos ponen tanto énfasis en la obtención de la copa del mundo.

Para este torneo, los fabricantes de las pelotas empleadas en éste Mundial de Fútbol, aumentaron la cantidad de gajos, con lo cual lograron una esfera más regular. Acudieron a Chile más de 800 periodistas del mundo entero para cubrir el Mundial.

Un hecho curioso y lamentable ocurrió en el Grupo A cuando el mediocampista de Yugoslavia, Mujic, en una reacción violenta sin pelota le fracturó la tibia y el peroné de la pierna izquierda al zaguero soviético Dubinsky. Entonces, los propios compañeros decidieron la expulsión de Mujic. El defensor soviético nunca pudo recuperarse de la lesión sufrida, y, a pesar de varias operaciones, le debieron amputar la pierna. En 1969 fallece debido a una infección en la mortal herida. Los balcánicos perdieron 2 a 0.

Dos días después, los yugoslavos protagonizarían otra batalla campal, ahora contra los uruguayos, quienes cayeron frente a los europeos por 3 a 1.

La URSS finalizó en el primer lugar de la tabla de posiciones del grupo, a pesar que, en su segundo encuentro, vencía a Colombia por tres a cero a los doce minutos del primer tiempo y por cuatro a uno a los once del segundo. Pero en tan sólo ocho minutos, los colombianos le anidaron tres goles a “La Araña Negra”, Lev Yashin, incluyendo un gol olímpico de Marcos Coll, empatando el marcador a cuatro tantos y logrando así el único punto de los neogranadinos.

Colombia caería en los otros dos encuentros. Los uruguayos, luego de ir venciendo por uno a cero, lesionaron a dos colombianos, dejando a éstos con nueve hombres, ya que en ese entonces no se permitían cambios. Uno de los lesionados se retiró del campo de juego con tres costillas fracturadas. En el último partido perdieron sin atenuantes frente a Yugoslavia por cinco a cero. Al regresar a su patria, los cafeteros fueron recibidos como héroes en Bogotá.

La prensa italiana se afincó en destacar la precaria situación social de la ciudad de Santiago. El artículo provocó indignación en los medios periodísticos y público chilenos. Con este caldeado escenario, ingresaron los jugadores italianos a enfrentarse a los dueños del patio con ramos de flores en sus manos para aplacar a los hinchas chilenos, quienes les propinaron una estruendosa silbatina.

La “Batalla de Santiago” comenzó y la primera falta se produjo a los 12 segundos de juego y a los siete minutos, un violento golpe del delantero Ferrini al chileno Landa provocó la primera expulsión por parte del árbitro inglés Ken Aston. Ferrini se negó a abandonar la cancha, lo que motivó la intervención de los Carabineros, procediendo a su arresto. Más adelante, el chileno Leonel Sánchez reaccionó rudamente ante una falta del ítalo Mario David, pegándole una puñetazo en la cara. El referí, expulsó al defensor europeo, mientras que a Sánchez lo dejó sin sanción alguna. El mismo Sánchez fracturaría el tabique nasal a Maschio sin que el juez se conmutase. El segundo tiempo se reanuda con los ánimos más calmados y Chile logra anotar dos veces ante el delirio de los 65 mil seguidores australes pues se aseguraban la clasificación a la segunda ronda.

El juego desleal continuó y los germanos no se querían quedar atrás. En el partido que disputaron contra Suiza, el alemán Szymaniak le fracturó el peroné izquierdo a Eschmann. Luego de terminado el partido, que finalmente ganaron los alemanes por 2 a 1, el entrenador germano reconoció: “Si no se vuelve a las leyes del deporte, éste torneo está muerto”.

En Viña del Mar se enfrentaron España y México, ambos venían de perder su primer encuentro ante checos y brasileros, ganando los europeos por un tanto contra cero. Luego de esta victoria el entrenador de España, Helenio Herrera, confiado en una segura victoria frente a los amazónicos ya que Pele había abandonado el torneo al lesionarse contra los centroeuropeos, realizó nueve cambios en la formación titular. Brasil ganó por 2 a 1, con dos tantos de Amarildo en menos de 15 minutos.

Hungría solventó con facilidad su deambular en la primera fase ganando a los ingleses y búlgaros e igualando con Argentina. El entrenador argentino, antes del partido frente a Inglaterra, le dio miles de recomendaciones al arquero Roma sobre los posibles zurdazos de media distancia de Bobby Charlton. Finalmente Argentina perdió 3 a 1 y el segundo gol inglés lo convirtió Charlton con la pierna derecha.

La sensación del torneo se produjo en cuartos de final cuando los chilenos se adelantaron 2-1 a la media hora y fueron capaces de aguantar el asedio soviético sobre su portería en el resto del partido. Todo el país se lanzó a las calles para celebrar. La alegría chilena duró poco porque, en la semifinal, ante los brasileños, vencedores de los británicos, fueron sometidos 4-2con comodidad, a pesar del descarado arbitraje a su favor. Así, Brasil se clasificó para su segunda final consecutiva.

Checoslovaquia ganó prodigiosamente a Hungría en cuartos de final, después de que los magiares estrellaran el esférico en el palo al menos cuatro veces. En la semifinal hicieron lo propio con los yugoslavos 3 a 1 para acceder por primera y única vez a la final de la Copa del Mundo.

Los locales, luego de una gran campaña en la fase previa, obtuvieron el tercer lugar al derrotar a Yugoslavia por la mínima, siendo el mejor resultado en la historia del fútbol chileno.

El Estadio Nacional de Santiago, tristemente utilizado durante los años de gobierno de Augusto Pinochet como lugar de detención, tortura y muerte de miles de habitantes de esa nación, se vistió de gala para albergar la gran final. Contra todo pronóstico, fueron los checoslovacos los que se adelantaron al cuarto de hora, antes de que Amarildo, el delantero que ocupó el lugar de Pelé, igualara el partido dos minutos más tarde y Zito y Vavá marcaran dos tantos más en la segunda mitad. Brasil, al pie de los Andes, se hizo con su segundo Mundial consecutivo.

La reconquista del título fue la hazaña de un equipo compuesto por nueve jugadores que habían participado en la victoria de 1958. Así fue como Brasil se unió a Italia y a Uruguay en la honorable lista de las naciones que, hasta el momento, habían ganado el trofeo Jules Rimet en dos ocasiones.

El jugador brasileño Vavá, se consagró como el primer futbolista en la historia de los Mundiales, en convertir tantos en dos finales del mundo distintas.

La máxima figura del torneo fue el puntero derecho brasileño Garrincha, quien se caracterizaba por su estilo de juego desenfadado y rompedor de esquemas. De regreso a su país, gran cantidad de padres de familia brasileños, le ofrecían a Garrincha sus hijas adolescentes para que tuvieran nietos que jugaran al fútbol tan bien como él.


En esta edición, 6 jugadores quedaron igualados con 4 goles, el húngaro Florian Albert lo hizo en sólo 270 minutos por lo que se consideró en primer lugar, el segundo y tercer lugar fueron para el soviético Valentín Ivanov y el brasileño Garrincha, que jugaron 360 y 443 minutos respectivamente.

jueves, 29 de abril de 2010

Los Dos Minutos Más Excitantes del Deporte

El próximo sábado 1º de Mayo se corre en el hipódromo de Churchill Down en Louisville, Kentucky, la carrera equina de mayor prestigio de los Estados Unidos y, sin temor a equivocarme, la más conocida y seguida a nivel internacional.

El Kentucky Derby se celebra cada año, el primer sábado de mayo, durante el “Festival del Derbi de Kentucky” que tiene una duración de dos semanas. La carrera se realiza sobre una distancia de una milla y cuarto (aproximadamente 2 km) y está perfilado para purasangres tresañeros. Este acontecimiento se conoce en el país norteño como ”The Most Exciting Two Minutes in Sports” (Los Dos Minutos Más Excitantes en los Deportes. También es llamada "La Carrera por las Rosas", por la guirnalda de rosas que se coloca al ganador.

Hablar del Kentucky Derby significa, para el hipismo, hablar de la carrera que todo criador, dueño, entrenador y jinete quiere ganar. Es el sueño dorado del hipismo. Es la reina de las competencias, es la fiesta magna del hipismo, además, da inicio a la Triple Corona de carreras de purasangres en Estados Unidos y convoca habitualmente a unos 150 mil fanáticos pero igualmente es presenciada por millones de personas de todo el mundo a través de la pantalla chica.

El estado de Kentucky, desde los ocasos del siglo XVIII, ha sido un centro importante para la cría de caballos de carreras, debido a que sus pastos tienen una importante cantidad de calcio, que mejoran la nutrición y optimizan el crecimiento de vigorosos ejemplares de caballos de carrera.
Para conocer un poco la tradición de esta apasionante carrera viajamos a 1872 cuando el coronel Meriwether Lewis Clark Jr., en un viaje por Inglaterra, presenció el Derby de Epsom, una famosa carrera que se realizaba anualmente desde 1780. Luego se dirigió a París, donde conoció la historia de la formación del French Jockey Club y como organizaron el Gran Prix de París, que ulteriormente se convertiría en el famoso Prix de l'Arc de Triomphe.
De regreso en Kentucky, Clark fundó el Louisville Jockey Club con el propósito de reunir dinero para desarrollar en las afueras de la ciudad unas buenas instalaciones para la realización de carreras. La pista pronto se conocería como Churchill Downs, designadas así por unos parientes de Clark, John y Henry Churchill, que proporcionaron las tierras para el óvalo. Pero no fue sino hasta 1937 cuando el hipódromo fue denominado formalmente Churchill Downs.

El 17 de mayo de 1875, frente a unas 10 mil personas, un grupo de 15 caballos participaron en el primer Derbi. Un potro llamado "Aristides" ganó la carrera inaugural. El Derbi de Kentucky se corrió en un principio sobre una pista de 1,5 millas (2,4 km), la misma distancia que los clásicos de Epsom y París. En 1896, la distancia se modificó a las actuales 1,25 millas.

Aunque la primera carrera fue un éxito, su continuación presentó serias apuros económicos y, en 1894, el New Louisville Jockey Club se renovó con nuevos capitales y con mejoras en las instalaciones. A pesar de ello, el negocio vaciló hasta 1902, cuando Matt Winn de Louisville instó a un grupo de hombres de negocios para invertir en la pista. Durante la gestión de Winn, el hipódromo Churchill Downs prosperó y el Kentucky Derby se consolidó como la carrera de caballos más importante de los Estados Unidos.

Para mejorar sus ingresos, los propietarios de caballos empezaron a enviar a los mejores ejemplares del Derbi a competir semanas después en el Preakness Stakes, en Baltimore, Maryland, y luego al Belmont Stakes en Nueva York. Las tres carreras ofrecían el premio más grande a los ganadores. Sin embargo, el término Triple Corona no se empleó sino hasta 1930, cuando el periodista deportivo Charles Hatton acuñó el uso del vocablo.

Como notas interesantes, el 3 de mayo de 1952, se produce la primera cobertura de televisión nacional del Derbi. El mejor tiempo de carrera en su actual distancia es de 1 minuto 59 segundos y 2/5, obtenido por Secretariat en 1973. Dos jinetes, Eddie Arcaro y Bill Hartack, han montado cada uno a cinco ejemplares vencedores.

El apelativo de "La Carrera por las Rosas" es dado porque cada año se otorga al ganador una guirnalda de 554 rosas rojas. La tradición se debe a que E. Berry Wall, en 1883, en una fiesta que se organizó tras la competencia , entregó rosas a las señoritas presentes. Se especula que este gesto forjó la idea de Clark de bautizar a la rosa como la flor oficial de la carrera. El gobernador de Kentucky es el garante de entregar la guirnalda y el trofeo de la carrera al ganador.

Pero no podemos dejar de mencionar que el gran éxito del hipismo venezolano se alcanzó en este óvalo, cuando el “Monstruo” Gustavo Avila, a lomos de Cañonero II conquista, contra todo pronóstico, la edición de 1971 del Kentucky Derby. A la postre dominaría el Preakness pero sólo alcanzaría la cuarta posición en el Belmont Stakes al no encontrarse en buenas condiciones el potro para esa fecha.

Invito a los lectores de Deporte con Pasión a vivir la experiencia festiva del Kentucky Derby y hacerse parte de la pasión que genera este memorable momento donde 20 de los mejores purasangres y jinetes del mundo competirán en busca de repartirse una bolsa de premios de dos millones de dólares en los Dos Minutos Más Excitantes del Deporte .

martes, 27 de abril de 2010

Suecia 1958: Con O Rei nace la Leyenda Verdeamarella

Suecia recibió el testigo de manos de Suiza y se organizó de la VI Copa Mundial de la FIFA entre el 8 y el 29 de junio de 1958. Dos años antes, en París, la Copa había perdido a su padre fundador, Jules Rimet, a la edad de 83 años.

En 1946, Suecia solicitó la organización del mundial de fútbol de 1958 y fue aceptada 1950. Sin embargo, diversas federaciones impugnaron la decisión debido a que debía alternarse entre Europa y América. Como Suiza sería sede del Mundial de 1954, el torneo debía jugarse en el Nuevo Mundo. La FIFA repitió la votación en 1954, pero la calidad de los estadios e instalaciones que ofrecía el país escandinavo permitió ser reelecto.


Un accidente aéreo oscureció la máxima cita futbolística, pues el 6 de febrero de 1958 el avión que trasladaba a los jugadores del Manchester United, luego de enfrentar al Estrella Roja de Belgrado en los cuartos de final de la Copa de Europa, se estrelló en Múnich, falleciendo ocho integrantes del seleccionado inglés.

Suecia 58 estuvo signado por ser el primer Mundial transmitido por televisión a más de 60 países.

En el torneo clasificatorio se registraron 53 países. 16 selecciones participaron en la fase final, destacándose la única vez en que las cuatro selecciones británicas clasificaron a tal instancia. Asistieron 12 equipos europeos y 4 de América.

Grandes sorpresas se dieron antes del inicio del certamen. En Europa, los seleccionados de Bélgica, Holanda, Suiza, España e Italia, fueron eliminadas en la ronda clasificatoria. Por otra parte, y también causando desconcierto a sus aficionados, Paraguay eliminó a Uruguay.

Esta vez estaba asegurado un cupo para un equipo de África y Asia. Se conformó un cuadrangular entre Israel, Egipto, Indonesia y Sudán, pero los últimos tres se negaron a jugar contra los judíos alegando mociones políticas. Pero, según las normas, todos los partícipes debían disputar al menos un partido eliminatorio para acceder al torneo, exceptuando al campeón y al anfitrión. Italia y Uruguay, rechazaron ocupar este cupo que, finalmente, fue cedido a Gales. Tras vencer en los partidos de ida y vuelta a los hebreos, Gales logró clasificar por primera vez a la Copa Mundial.

El seleccionado húngaro, subcampeón del mundial anterior, se encontró diezmado debido a la invasión soviética a Budapest en 1956 y sus jugadores se dispersaron por distintos países de Europa.

El partido inaugural fue entre Alemania Federal y Argentina. A los 2 minutos Corbatta abría el marcador y refrendaba el juego de lujos y taquitos con el que los sudamericanos se iban a llevar la copa. Pero los europeos con un orden poco antes visto dieron vuelta al partido ante un equipo que finalizó arrastrándose en el gramado.

Una de las injusticias más resonadas de los Mundiales fue la ocurrida en la primera ronda donde se enfrentaban Alemania Federal y Checoslovaquia. Los últimos dominaban por dos tantos a cero hasta que un remate del alemán Helmut Rahn fue contenido firmemente por el arquero Dolejsi, pero es cargado por el germánico Schafer, haciendo que el portero cayera dentro del arco pero con sus manos aferrando la pelota fuera de la línea de gol. Sin , el árbitro inglés, Arthur Ellis, convalidó el gol. Diez minutos más tarde, Rahn empataría el partido y los checoslovacos quedarían eliminados al partido siguiente a pesar de derrotar a Argentina por 6 a 1, una de las grandes desilusiones del Mundial, donde los gauchos mostraron un fútbol individualista basado en estrategias irrelevantes, lento y desatento a las concentraciones.

En Francia había un delantero marroquí llamado Just Fontaine que tenía una patada terrible. Junto a Kopa, Piantoni, Wisnieski y Vincent formaron un quinteto letal que transitaba a cuartos de final convirtiendo once goles, siete de ellos a Paraguay. El segundo equipo clasificado del Grupo 2 fue Yugoslavia, que si bien empataba con los tupidos Paraguay y Escocia, se hacía muy efectiva ante equipos que atacaban. A fuerza de contragolpes ganaron a Francia por 3 a 2.

Si había un equipo débil en esa época, era México. No había forma de que sumaran otra cosa que derrotas. Su debut en Suecia tampoco fue demasiado favorable ya que les tocó en su primer partido la selección local y perdieron 3 a 0. Pero se cruzaron con Gales y empataron a 1 consiguiendo su primer punto mundialista. Hungría aún tenía buenos jugadores y lograron sumar 3 puntos ante los charros, los mismos que Gales al igualar en los 3 partidos. Suecia pasó el grupo 3 caminando y, entre galeses y magiares, tuvieron que desempatar por el segundo puesto, quedando para los británicos.

Bellini, Didí, Nilton Santos y Zagallo, los referentes del juego de Brasil, luego de los primeros partidos (3-0 a Austria y 0-0 con Inglaterra), no conformes con el rendimiento del equipo, se reunieron con el técnico Feola para incitarlo a que incluyera entre los titulares a los jóvenes Pelé, Garrincha y Zito. El técnico accedió. De ahí se convirtió en el Mundial de Brasil, por su fútbol alegre y distinto, casi a ritmo de samba. La plenitud del 4-2-4 se hizo moda desde entonces. Los volantes flotan, el fondo hace zona y todos juegan. Con jugadores de gran nivel técnico en todas sus líneas: el temple de Zito en la media cancha, la distribución de juego de Didí, la destreza endiablada de Garrincha y la estampa del jovencito Pelé, de apenas 17 años, enloqueciendo rivales y anotando goles de gran factura. Finalizaron la ronda inicial doblegando a la URSS con dos tantos del eterno Vavá.
A pesar de engrosar sus filas con un rubio regordote, hábil, preciso en los pases de largo trecho, que años después la Reina de Inglaterra lo nombraría Sir Robert Charlton, aunque el mundo del fútbol lo llamaría Bobby, el seleccionado inglés no superaría la primera fase al caer en un desempate ante la URSS del gran Lev Yashin.

En Suiza 1954, Yugoslavia fue eliminada por Alemania Federal en cuartos. Ahora se volvían a encontrar en la misma fase. Al presente los eslavos tenían jugadores más hábiles y los alemanes estaban viejos y cansados. Pero los mundiales se hicieron para equipos como Alemania que venció con un solitario gol de Rahn.

Suecia no la tenía nada fácil, pero las expectativas estaban logradas al superar la primera ronda. Pero Yashin, el mejor arquero del mundo, no pudo con el pundonor de los amos del patio y los soviéticos cayeron 2 a 0.

Con un póker de goles (2 de Fontaine) Francia despachó a Irlanda mientras que en un espeso cotejo Brasil zanjaba las aspiraciones de Gales gracias a una solitaria anotación de Pelé.

Para la semifinal que debieron disputar los seleccionados de Francia y Brasil, el diario francés “L´Equipe” fletó un avión con las esposas de los jugadores de la selección gala. Lamentablemente para las chicas, su estadía en Suecia fue muy corta, ya que sus maridos fueron derrotados categóricamente por los sudamericanos por cinco tantos contra dos.

El partido lo comenzó ganado Brasil con un gol de Vavá al minuto de comenzado, pero siete minutos más tarde Just Fontaine, consigue empatar. Didí luego convirtió el segundo gol para su país, mientras que los otros tres los selló el inexperto mulato Pelé. A los 35 minutos del primer tiempo, el defensor francés Jonquet, se retiró del campo de juego lesionado. Pero luego de una rápida revisión médica regresó al campo con gran dolor. Al finalizar el cotejo se descubrió que Jonquet había jugado casi una hora con el peroné fracturado.

La semifinal entre Suecia y Alemania estuvo a punto de no darse porque el presidente de la Asociación Alemana de Fútbol amenazó con retirar el equipo a menos que los suecos consintieran el acceso de los seguidores germanos. Los organizadores aceptaron. Suecia venció a los teutones 3 tantos por uno en un emocionante partido.

El cotejo por el tercer puesto lo debían jugar los seleccionados de Francia y de Alemania. Como era usual, los suplentes galos pidieron al entrenador disputar el juego por la medalla de bronce. Pero el técnico, con alguna tirria en la cabeza por la II guerra mundial, optó por situar el mejor equipo y el resultado le dio la razón, 6 a 3 triunfaron los franceses.

Los suecos confiaban en que aquella maquinaria, que había llegado a la tercera ubicación en el Mundial del 50, podría derrotar a los sudamericanos y quedarse con el título. Hasta el rey Gustavo VI acudió al estadio esperanzado de entregar la estatuilla de oro al capitán de su equipo.

Pero ni el grito ensordecedor de casi 50 mil gargantas en las gradas, ni la lluvia caída durante el día, ni el tanto inicial de Liedhol, pudieron frenar a Brasil. Vavá igualó el marcador, mientras De Sordi y Nilton Santos neutralizaban a los veloces extremos Hamrim y Skoglund. El mismo Vavá puso adelante a Brasil, en un contragolpe iniciado por Orlando que sacó la pelota a centímetros de su pórtico.

Después del descanso, el público sueco se levantó de sus asientos cuando Pelé dribló a tres rivales, le hizo un sombrero a Gustavsson y sin que la pelota tocara la grama, conectó una volea a las redes. Edson Arantes Do Nascimento, pletórico de júbilo, rubricó el tanto definitivo (5-2) después de los goles de Zagalo y Simonsson. El rey Gustavo VI no pudo cumplir su deseo de entregar la Copa al capitán sueco. El fútbol había descubierto a su indiscutible O rei. La alineación brasileña era: Gilmar, Djalma Santos, Bellini, Orlando, Nilton Santos, Zito, Didí, Garrincha, Pelé, Vavá y Zagalo.
Como nota curiosa, el capitán Bellini solicitó al árbitro francés que le obsequiara el balón para llevárselo como recuerdo. El juez se lo negó, pero uno de los adjuntos del conjunto amazónico se le acercó detrás y le quitó la pelota, salió corriendo y la entregó a un jugador brasileño. Una vez logrado su propósito dio una vuelta carnero y cayó frente al palco real del rey de Suecia.

El goleador del mundial fue el francés Just Fontaine, quién realizó trece goles (ocho de pierna derecha, cuatro de izquierda y uno de cabeza) en seis partidos, convirtiéndose no sólo en el máximo anotador en un torneo de la historia de los mundiales, sino en el jugador con mayor promedio de gol por partido con 2.20 por cotejo, mérito compartido con el húngaro Sándor Kocsis en 1954, quién anidó once goles en cinco encuentros. Siguieron en este podio Pelé y el alemán Helmut Rahn con seis.

Fontaine, aprovechando su popularidad como futbolista y siendo portador de una voz suave y agradable, decidió lanzar su carrera como cantante, la cual fue bastante fructífera.

Lo que no había podido realizar en suelo propio, Brasil lo consiguió lejos de casa convirtiéndose hasta la fecha, en el único seleccionado que ganó un Campeonato Mundial en territorio intercontinental. A partir de Suecia 58 la historia futbolística de Brasil cambiaría para siempre. El telón caía sobre Suecia pero el balón seguía rodando briosamente. El sueño de Jules Rimet ya era una exitosa e indetenible realidad.

domingo, 25 de abril de 2010

Salón de la Fama del Béisbol Venezolano. Clase 2010

El pasado lunes 12 de abril fueron anunciados los nuevos inquilinos del citado Salón. Cada uno de los elegidos trajo imágenes anecdóticas de sus carreras.

Ángel Bravo demostró un nivel de juego que lo llevó a ser líder bate (.538) en la final de la temporada 1964-65 cuando La Guaira fue campeón, en ese evento también se convirtió en el primer pelotero que bateaba 5 imparables en una final de la LVBP. En la temporada 1967-68 implantó un record de bases robadas (33) que estuvo vigente por varios años. Entre las justas de 1973-74 y 1977-78 alcanzó promedios de bateo sobre los .300 puntos. En dos oportunidades disputó el título de bateo con Al Bumbry. En la temporada 1974-75 resultó el jardinero con más dobleplays (8) de la LVBP. Al final de la campaña 1978-79 Bravo decidió retirarse y cuando empezó la siguiente temporada de la LVBP, había conseguido trabajo en el Hipódromo La Rinconada. Hasta allá se llegó el Negro Prieto para convencerlo de jugar como emergente principal del Caracas. Aún cuando sus condiciones físicas no eran las mismas fue capaz de soltar 14 imparables, anotar 7 carreras y empujar 6.

Sus lideratos de juegos salvados (12 en la 1980-81) y de efectividad (1.20 y 1.99 en la 80-81 y 89-90), además de ser segundo en juegos salvados de la LVBP con 73 de por vida son pergaminos que ilustran la capacidad de Luis Aponte como lanzador. En la temporada de Ligas Menores de 1981 Aponte jugaba para el Pawtucket de la Liga Internacional AAA. El 18 de abril los Alas Rojas de Rochester fueron al McCoy Stadium de Pawtucket para enfrentar a los Medias Rojas de la localidad. El juego resultó el más largo de la historia del béisbol profesional. La acción comenzó en la tarde y hubo de ser detenida a las 04:07 de la madrugada, luego de completar 32 episodios. Aponte lanzó 4 innings de ese partido, lo único que permitió fueron dos boletos. Cuando a esa hora el lanzador trató de regresar a su hogar, la esposa se negó a abrirle la puerta. Aponte le pidió que llamara al manager, pero tuvo que regresar a dormir en el estadio.

Venezuela siempre ha contado con excelsos defensores del campocorto. En cualquier discusión sobre los mejores torpederos criollos, es difícil que alguién deje de nombrar a Teodoro Obregón y aquella combinación de doblepays que conformó junto a Gustavo Gil en los Pericos del Valencia. Las jugadas de rutina y las acrobáticas abundaban en cada juego, desde el guante y los instintos de Obregón. Buena parte de la razón de los 5 campeonatos logrados por ese equipo se debe a la calidad de esa combinación alrededor de la segunda base. Alcanzó algunos lideratos defensivos en la LVBP. Quizás esto explique una pregunta que me hacía a finales de los años sesenta cuando mis hermanos llegaron una mañana a la casa atesorando una barajita de Obregón. “Me la querían quitar a como de lugar. Hasta me ofrecieron 10 barajitas por esta. Pero que va. Esta no la cambio por ninguna”.
Haber llevado a un equipo a 8 finales seguidas desde mediados de los sesenta hasta comienzos de los setenta es un hecho sin precedentes (aún sin parangón) que describe el compromiso de Pedro Padrón Panza con los Tiburones de La Guaira. Siempre tenía una carta debajo de la manga al final de la temporada para reforzar a su equipo, realizaba todas las diligencias en la fecha que fuese y viajaba por todos los rincones del país a firmar peloteros. Los meses previos al Nacional Juvenil de Cumaná en 1979, lo encontré en la tribuna central del Estadio del Peñón hablando con un nivel de conocimiento sobre los peloteros de la selección del estado Sucre, comparable al del cuerpo técnico del equipo. “Ese muchacho Jesús Gómez tiene todas las herramientas para ser un tremendo tercera base y Héctor Rivas puede llegar a desarrollarse como un gran bateador de poder”.

Siempre me llamó la atención la manera como mis hermanos hablaban de Lázaro Salazar. Aunque sólo sabían de él por referencias de otras personas o artículos de prensa o revistas. Me impresionaba la veneración con que se referían al manager que en 7 temporadas llevó al Magallanes a 3 títulos de la LVBP, y 3 segundos lugares. El detalle que más llamaba mi atención tenía que ver con la ocasión en que “El Principe de Belén” sacó al pitcher de un juego en una situación difícil y vino él mismo a apagar el fuego para preservar la victoria eléctrica. Siempre me pareció algo fabuloso todo aquello. Cuando empecé a saber sobre otros managers-jugadores la imagen de mis hermanos comenzó a tener más visos de realidad. Hace poco revisé un material bibliográfico donde Salazar aparece como manager, pitcher e infielder, en el roster del Magallanes en la temporada 1950-51.

En los entrenamientos primaverales del año 2000, Andrés Galárraga estaba saliendo del tratamiento de mal de Hodgkins en la espalda. Los Bravos de Atlanta y los Rayas de Tampa Bay vinieron a efectuar una serie de encuentros en Venezuela. Tuve oportunidad de asistir al desafío del Estadio Universitario con unos amigos. La expectativa era enorme por cuanto hacía mucho tiempo que no se realizaba un juego de Grandes Ligas en el país. El juego fue interesante. Sin embargo el momento inolvidable ocurrió cuando durante la presentación de los jugadores pronunciaron el nombre de Andrés Galárraga. Una ráfaga de aplausos fue in crescendo por varios minutos en un éxtasis de respaldo y reconocimiento al ser humano que había batallado contra el cáncer, al pelotero de tantos logros importantes. Por momentos bajaban los aplausos para regresar con intensidad inesperada. Esos minutos de emoción desbordada hicieron que el juego sólo fuera algo más dentro de las expectativas de aquella noche.

Alfonso L. Tusa C.

viernes, 23 de abril de 2010

Suiza 1954: El Fénix de Alemania

La V Copa Mundial de Fútbol se realizó en Suiza, entre el 16 de junio y el 4 de julio de 1954. Cuatro años después del furor vivido en Brasil, la Jules Rimet volvió a un ambiente mucho más tranquilo en el corazón del viejo continente. Sin embargo, el terreno de juego fue testigo de un espectáculo apasionante. Coincidía esta fecha con los 50 años de la FIFA, cuyas oficinas centrales están en Zúrich.

Alemania volvió a competir en el Mundial tras su exclusión en Brasil. También por 1ª vez se realizó una efectiva eliminatoria en Asia y en Sudamérica, ya que en los torneos anteriores, los equipos de este subcontinente habían clasificado por invitación o retiro de sus rivales.

Esta Copa Mundial celebrada al pie de los Alpes suizos escaló nuevas cúspides. En la clasificación participaron más países que en cualquier edición anterior. Con la fundación de la Confederación Asiática se incluyó a las selecciones de Corea y Japón. Con ellas, y con la inserción de Egipto, este evento asumió una legítima representación mundial. En la fase final participaron 16 selecciones, tres más que en Brasil.

Uruguay clasificó como campeón vigente y Suiza por organizar el torneo. Los grupos eliminatorios se formaron de modo totalmente arbitrario y sin mediar sorteo alguno, lo que incitó cualquier tipo de protestas. Se esperaban escasas sorpresas en las eliminatorias. Pero las hubo. La mayor fue la eliminación de España por Turquía. En Madrid ganaron los hispanos por 4-1 pero, en Estambul, los otomanos vencieron por 1-0, lo que dio lugar a un desempate en el estadio olímpico de Roma. Antes del encuentro, llegó un presunto telegrama de la FIFA donde se indicaban irregularidades en la tramitación de la ficha del nacionalizado Ladislao Kubala. Este no jugó y una España gris y extraviada solo alcanzó a empatar. Se hizo un sorteo y el niño Franco Gemma sacó el papel con el nombre de Turquía.

La otra gran sorpresa fue la baja de Suecia por una pujante Bélgica. Los dirigentes escandinavos, en una medida poco inteligente, no permitieron jugar a los cracks que actuaban en Italia (Nordhal, Gren y Liedholm) por su condición de profesionales.

La gran novedad del torneo fue la transmisión televisiva. Meses anAñadir imagentes se había constituido Eurovisión, formada por la asociación de 8 grandes cadenas del continente. Se transmitieron ocho partidos. El Francia-Yugoslavia del 16 de junio tuvo el honor de ser el primer evento futbolístico presenciado a la vez en varios países en directo.

Se constituyeron cuatro grupos sin sorteo y se nombraron, también a dedo, dos cabezas de serie en cada uno, los cuales no podían enfrentarse entre sí. Tampoco lo podían hacer, claro, las otras dos selecciones. Cada equipo jugaba dos partidos, y se clasificaban para cuartos de final los dos líderes del grupo. En caso de empate, debía disputarse tiempo extra y si no se alteraba el marcador, se validaba el empate.

La gansada del sistema se demostró ya en el primer grupo. Francia perdió con Yugoslavia por 1-0 y de nada le sirvió ganarle luego a México ya que Brasil, vencedora de los charros, le bastaba con empatar con los balcánicos para clasificar. Naturalmente, el partido terminó igualado.

Para esta instancia vio la luz la “verdeamarela”. Camisa amarilla con cuello y puños verdes, en lugar de la tradicional blanca con puños y cuello azul, utilizada hasta 1952, debido a la había traído mala suerte que aportó en la final del Maracaná.

En el segundo grupo los goles se hicieron sentir, ningún juego tenía menos de 5 goles y Hungría demolió a alemanes y turcos, los alemanes acabaron con los turcos y éstos se desquitaron con los surcoreanos, quienes acarrearon 16 goles.

En el encuentro inicial los germanos batieron a los turcos por un claro 4-1. Mientras, Hungría se entrenaba con un irrefutable 9-0 a Corea del Sur. Empezaba su camino en el Mundial. Kocsis, que luego sería el goleador del torneo, marcó tres tantos. Los asiáticos aplaudieron casi todos los goles de sus adversarios...

El entrenador germano Sepp Herberger, disconforme con su delantera a pesar de golear a Turquía, llamó de urgencia al puntero Helmut Rahn, quién se encontraba de gira con su equipo en Montevideo. Sepp no se equivocó, el delantero anotó cuatro goles en la igual cantidad de partidos.

Otros dos resultados espectaculares se registraron en este grupo. Ante más de 20 mil seguidores rivales, Hungría ridiculizó a Alemania Occidental con un contundente 8-3; esta vez Kocsis hizo cuatro goles. Por su parte, Turquía le endosó un 7-0 a Corea del Sur. Así, los turcos, favorecidos por el hecho de no tener que jugar con Hungría, sumaban los mismos puntos que Alemania Occidental. Se requirió disputar un desempate en el que el triunfo de los alemanes 7-2 fue aún más claro.

En el grupo 3 también hubo un par de goleadas, en el que Austria y Uruguay, los dos cabezas de serie, impusieron su ley ante Escocia y Checoslovaquia. Ambos terminaron invictos en esta fase.
Italia fue el tercer cabeza de serie eliminado a las primeras de cambio. En la jornada inicial del grupo 4 perdió ante la anfitriona por 2-1 mientras Inglaterra y Bélgica empataban a 4 goles cada uno. Los dos partidos restantes prometían ser apasionantes. Italia ganó a Bélgica por 4-1, apoyada por más de 20.000 seguidores desplazados hasta Lugano, la zona de habla italiana del país alpino. Inglaterra, por su parte, derrotó a los locales por 2-0. Se requirió, entonces, un desempate entre Italia y Suiza. Se cuenta que los árbitros aceptaron importantes depósitos para garantizar el pase de los helvéticos. El encuentro se convirtió en humillación para los italianos, que cayeron por 4-1.

En el primer partido de los cuartos de final se despidió Suiza luego de un extraordinario duelo con Austria. Una justa en que los anfitriones anotaron en los primeros 20 minutos, pero cinco minutos después Wagner y Körner hicieron tres goles en 3 minutos, la afición estaba quedando sin voz. Al poco Körner y Orwick pusieron las cosas 5 a 3, el público estaba delirando, y eso que no había finalizado del primer tiempo cuando Ballaman anotó el 5 a 4 para calma de los suizos. Ya con 60 minutos, se concretaron dos "Hat-tricks" por Wagner y Huegi, y las cosas estaban 6 a 5. Erich Probst anotó el 7 a 5 definitivo que eliminaría a los locales en el partido de un Mundial con mayor cantidad de goles.

Media docena de tantos se vieron en el otro encuentro, en el que Uruguay venció 4-2 a Inglaterra pese a jugar toda la segunda parte con nueve jugadores por lesiones del capitán Varela y de Abaddie. Un triunfo heroico ante un rival decepcionante, donde Stanley Matthews, con casi 40 años, jugó su último cotejo como mundialista.

La canarinha no tuvo efecto inmediato. En un electrizante partido que se consideraba la final anticipada, Hungría y Brasil se trenzaron en una auténtica guerra.
Pese a la ausencia del lesionado Puskas, los magiares, con goles de Hidegkuti y Kocsis, se colocaron con un 2-0 favorable en el séptimo minuto. Un penal permitió acortar distancias a Djalma Santos antes del descanso. Hasta aquí el juego había sido duro aunque no violento. Luego, Lantos, también desde los doce pasos (un penal muy discutido) colocó el 3-1 y que dio paso a los eventos que desencadenaron la llamada “Batalla de Berna”.

Didí fue fauleado dentro del área húngara y Brandaozinho, golpeó fuertemente a Higdekuti, dejándolo tirado en el piso. Josef Boszik, un caballero del fútbol (además era diputado en el Parlamento Húngaro), perdió los nervios y se trenzó a golpes con Nilton Santos. El árbitro inglés Ellis los expulsó a ambos. La policía suiza necesitó de veinte minutos para volver a la normalidad la exacerbada hostilidad reinante. Ya reanudado el encuentro, Julinho, colocó el 3-2, Humberto y Mauro enfilaron también el camino de los vestuarios y ya en los últimos segundos Kocsis acabó con las esperanzas del cuadro brasileño, que había metido dos tiros en el palo.

En total, en el partido, se cometieron 42 faltas, dos penales y tres expulsados. Al finalizar el duelo, se advirtieron actos lamentables: tres jugadores persiguieron a Kocsis por todo el campo, Pinheiro rompió una botella en la cabeza del lesionado Puskas, el arquero Castilho le hizo un tackle de rugby a un policía, un fotógrafo brasileño golpeó a otro guardia; sillas, máquinas fotográficas y camisetas destrozadas... En una palabra, lo nunca visto en un Mundial. La FIFA amonestó con dureza a los contendientes pero no impuso ninguna sanción.

En un deslucido juego, Alemania Occidental, no sin cierta ayuda arbitral y con mucha fortuna, ganó por 2-0 a Yugoslavia.

Más pacíficas fueron las semifinales, sobre todo la que protagonizaron Alemania Occidental y Austria. El 6-1 favorable a los germanos fue concluyente en un partido sin mucha historia.

En una espectacular batalla deportiva, Hungría ansiaba avanzar a la final cuando Czíbor anota el primer gol a los 13 minutos y Hidegkuti el segundo empezando la segunda mitad, pero Uruguay no iba a desistir ya que defendían el campeonato. El delantero charrúa Hohberg descontó en el 75 y, cuando restaban sólo 3 minutos para que concluyera el cotejo, el propio Hohberg empujó la bola a la red, decretando la igualdad y forzando un alargue adicional. Pero justo al anotar ese gol, el futbolista uruguayo, con una mezcla de emoción y cansancio.....se desvaneció.

En el tiempo extra, el poderoso Sándor Kocsis fusiló dos veces en cinco minutos la malla contraria fijando cifras conclusivas de 4 a 2 para los "los mágicos magiares". Los 37 mil espectadores despidieron a los dos equipos agitando pañuelos blancos en señal de agradecimiento por la entrega y deportividad mostrada sobre el terreno.

En la final, la selección húngara, medalla de oro en los Juegos Olímpicos celebrados dos años antes, e imbatida desde mayo de 1950, era la indiscutible favorita, ya que en sus cuatro partidos anteriores habían transformado 25 dianas.

Hungría y Alemania fueron las primeras selecciones en enfrentarse dos veces en un mismo Mundial. Hungría consiguió adelantarse con dos goles. Durante diez inolvidables minutos los alemanes bregaron hasta conseguir el empate, pero lo mejor estaba todavía por llegar. Después de que un disparo húngaro se estrellara en el poste de la portería contraria, Helmut Rahn marcó para Alemania el gol de la victoria a tan sólo seis minutos del final del partido, en una jugada en la que el guardameta húngaro, Grosics, resbaló en el mojado césped cuando se disponía a atajar el balón. Para que no faltara la polémica, a pocos minutos para la finalizar el encuentro, Puskas igualó el partido pero el árbitro no convalidó el tanto por un inexplicable fuera de juego.

El estadio Wankdorf de Berna se convirtió así, el 4 de julio de 1954, en el escenario de “el Milagro de Berna”, una de las mayores sorpresas que jamás haya deparado un Mundial. La victoria teutona fue la piedra angular sobre la que Alemania constituyó sus futuros éxitos futbolísticos.
Tiempo después se rumoreó que los alemanes jugaron dopados. Lo cierto es que, tras el partido, varios jugadores tuvieron que ser hospitalizados debido a una presunta ictericia infecciosa. También se alegó que el gobierno húngaro vendió el título a cambio de tractores y maquinaria agrícola. Sea como fuere, lo real es que aquel día concluyó su brillante camino uno de los mejores equipos de todas las épocas y que de manera impensada el fútbol alemán ingresó en la élite balompédica mundial.

Kocsis fue el goleador del torneo alcanzando el mayor promedio de gol en toda la historia de los Mundiales al marcar 11 tantos en 5 partidos con un promedio de 2,20 goles por cotejo. Su selección obtuvo el récord de anotaciones, al marcar 27 goles.

Fue el Mundial de mayor promedio de goles por partido, pues se marcaron 140 goles en 26 partidos, con una media de 5,38 por partido.

Suiza 54 ha sido uno de los eventos más olvidados de la historia de la FIFA, ya que se ubica entre la sorpresa del "Maracanazo" del 50 y el inicio de la leyenda del Rey Pelé en Suecia 58.