Cerca de la 1 de la madrugada del lunes 10 de noviembre de este 2011, el Central Park de Nueva York se engalanó con el tricolor nacional y las emocionadas notas del “Gloria al Bravo Pueblo”, entonadas por unas 500 gargantas venezolanas, calentaron la gélida noche de la gran urbe estadounidense.
El motivo de tan inusual acto fue la llegada del corredor número 794.716 a la meta en el corazón de Manhattan. 15 horas y 22 minutos antes, bajo un frío sol y al sonido de “New York, New York”, un singular personaje dio por inicio a uno de los sueños más valorados para los corredores de fondo de todo el mundo, tanto aficionados como profesionales: correr los 42 km del Maratón de Nueva York.
En esta edición, que se ha efectuado en 42 ocasiones, participaron más de 47 mil atletas, la mayoría de ellos con la simple intención de finalizar la etapa. Pero sólo uno de ellos tenía un motivo que era superior a cualquier cronómetro o record histórico: la superación del ser humano ante la adversidad y la limitación.
Maickel Melamed nació un 27 de abril hace 36 años luego de batallar con su primera gran prueba… la de la vida. Su cordón umbilical se enredó en su cuello durante el trabajo de parto y lo mantuvo más de 5 minutos sin la vital oxigenación. Esto indujo que se le diagnosticara “retraso motor”, una patología que mantiene su cuerpo sin capacidad de movimiento.
Los médicos no eran optimistas y no profetizaban más de una semana de vida. Pero el pequeño, con el apoyo incondicional de sus familiares, no solo superó esos 7 días, sino que ya tiene 36 años dando una lección de vida y de fortaleza humana.
Esa familia no se dio por vencida y lo cobijó bajo un aura de trabajo, confianza y fe que le permitieron superar difíciles etapas en su existencia. Desde aprender a caminar y manipular objetos, como relacionarse con facilidad. El entusiasmo que transmitió en sus primeros años le hizo alcanzar excelentes resultados académicos y crear un amplio círculo de amigos.
Se destacó como estudiante en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas graduándose en Economía. Luego residió en Londres para estudiar el inglés y experimentar la vida en solitario, lo cual incidió notablemente en su futuro. La inclemencia del clima mermó su condición física por lo que retorna a su país.
Entonces se enfoca en cultivar el estudio del Ser Humano desde su propia perspectiva y experiencia, laborando con distintas organizaciones juveniles a nivel nacional y latinoamericano. Se desempeñó como profesor de Ética y Valores en el Liceo Moral y Luces y luego cursó Psicoterapia Gestalt a fin de adquirir destrezas para ayudar e inspirar a otras personas, comunidades y organizaciones a superar límites y trabas.
En la actualidad, su vida discurre por tres senderos: como consultor en desarrollo organizacional para fomentar el entendimiento humano, como estudioso de la responsabilidad social para tornar imposibles en realidades concretas, y como deportista aficionado a fin de emplear el deporte como medio para experimentar retos y transmitir logros.
Maickel ha practicado deportes tan extremos y disímiles como el parapente, paracaidismo, buceo, montañismo y atletismo. En 2006 subió a la cima del Pico Bolívar y luego, junto al primer surfista de Sudamérica, Gerald Wave, logró montar las olas de la playa de Todasana.
El proyecto del Maratón de Nueva York surgió hace 3 años y desde entonces se enfocó hacia su consecución. Su primera intención fue participar en 2009, pero una fuerte pulmonía trastocó el plan. Pero Maickel y su equipo decidieron seguir adelante y retomaron el entrenamiento con una dedicada programación hasta que este primer domingo de noviembre de 2011 se presentó en la línea de salida en puente de Verrazano, Staten Island.
Melamed, uno de los 300 criollos que dijeron presente en la mítica cita, recorrió Brooklyn, Queens, el Bronx y Manhattan acogiendo el apoyo de miles de personas a su paso. Gracias al twitter el resto del mundo siguió paso a paso, desde cualquier rincón, los reportes de su travesía y su esfuerzo. También se retransmitió por su página web vamosmaickel.com, haciendo que más de 14 mil almas apasionadas vieran en vivo el momento del cruce de la meta en el Central Park.
Cientos de corredores venezolanos aguardaron su llegada a la meta para colocarse sus propias medallas, entre ellos el periodista de Meridiano TV Alberto Camardiel, primer venezolano, y segundo latinoamericano en traspasar la meta en esta 42ª edición de la competición.
Melamed dedicó su esfuerzo a sus padres y a todos quienes lo esperaron y lo auparon. Antes de iniciar la jornada, reveló que su participación buscaba señalar al mundo que “nada es tan grande como para no intentarlo”. Y, definitivamente, una vez más lo demostró.
Esa fría madrugada, Maickel Melamed, orgullo venezolano y ejemplo de superación, unió al país entero y sus palabras deberían ser una luz para todos: "Si lo sueñas, haz que pase".