lunes, 27 de agosto de 2012

Londres 2012. La gloria de la Victoria


Victoria es un término que fue aplicado originalmente al éxito obtenido en la guerra. El éxito en una campaña militar se considera una victoria estratégica, mientras que el éxito de una intervención militar es una victoria táctica. La acepción pacífica de la victoria, bajo los mismos términos de una conflagración violenta pero no destructiva, la encontramos en el deporte.

En términos de emoción humana, la victoria viene frecuentemente cortejada de fuertes sentimientos de euforia y en el comportamiento humano se acompaña a menudo con movimientos y gesticulaciones, asociados con el exceso de endorfinas segregadas antes y durante el combate.

Saltos, bailes, gritos, lágrimas, agradecimientos. Innumerables pueden ser las emociones con que los atletas celebraron sus triunfos en los recién finalizados Juegos Olímpicos. Pocas son las situaciones que pueden igualar una victoria olímpica y la celebración, ya sea apoteósica o retraída, pero siempre es apasionada y emocional. A continuación algunas de las celebraciones que pudieron ser captadas por las cámaras fotográficas en Londres 2012.

 
 
 
 
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

jueves, 23 de agosto de 2012

Londres 2012. Cuando la emoción se hace expresión


Las emociones son reacciones que representan modos de adaptación a ciertos estímulos. Fisiológicamente, las emociones organizan rápidamente las respuestas de distintos sistemas biológicos, incluidas las expresiones faciales, los músculos, la voz y el sistema endocrino.

Conductualmente, las emociones sirven para establecer posición con respecto al entorno y nos impulsan o alejan hacia ciertas personas, acciones o ideas. Las emociones poseen ciertas características que muestran cierta variación entre individuos, grupos y culturas.

Los conceptos anteriores se aplican íntegramente en el ámbito deportivo. Los J.J.O.O. fueron un derroche de emociones de todo tipo. En los momentos previos de una competencia, durante la misma y, sobre todo, al finalizar cada prueba. La explosión de adrenalina para celebrar la victoria o la frustración y la decepción de la derrota, la pasión del público animando a sus favoritos. Todas ellas son expresiones que fueron inmortalizadas en imágenes durante los Juegos de Londres. He aquí algunas de ellas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 



lunes, 20 de agosto de 2012

Londres 2012. La superproducción inicial


La ceremonia de apertura de los XXX Juegos Olímpicos de Londres 2012, llamada “Las islas maravillosas”, en alusión a las Islas Británicas, duró casi cuatro horas. Danny Boyle, ganador de un Óscar, diseñó y coordinó la ceremonia y la dirección musical estuvo a cargo del dúo de electrónica Underworld. La inauguración de los Juegos fue a cargo la Reina Isabel II, quien anteriormente había inaugurado los Juegos Olímpicos de Montreal 1976.
A las 8:12 p.m. («2012» en el reloj de 24 horas) una formación de Red Arrows volaron en formación sobre el estadio. El prólogo incluyó una interpretación de la Orquesta Sinfónica de Londres. A las 9, la ceremonia empezó con una película de 2 minutos siguiendo el cauce del río Támesis desde su nacimiento hasta el corazón de Londres, insertando imágenes de la vida británica. El viaje terminó en el Estadio Olímpico, donde grupos de niños sostenían globos enumerados desde 10 al 1 que estallaron en secuencia con una cuenta regresiva conducida por la audiencia. Bradley Wiggins, ganador del Tour de Francia, emergió para inaugurar la ceremonia tocando la campana más grande del mundo.
La 1ª parte resumió el desarrollo británico desde la economía rural a la Revolución Industrial. Al comienzo, el suelo del estadio tuvo en su centro un modelo de la campiña británica, repleto de animales vivos y actores interpretando pobladores y trabajadores. 
Acto seguido, entraron unos carruajes clásicos llevando personajes vestidos con trajes victorianos y altos sombreros. Liderados por el visionario ingeniero Isambard Kingdom Brunel (Sir Kenneth Branagh), los hombres salieron de los carruajes y contemplaron la tierra con beneplácito.

Mientras los pobladores retiraban el césped, brotaron del suelo varias chimeneas —simbolizando la Revolución Industrial—, acompañadas con trabajadores forjando lo que serían los anillos olímpicos. 

 
Se incluyó un silencio en memoria de los fallecidos durante las dos guerras mundiales. Acompañado por 1000 percusionistas dirigidos por Evelyn Glennie, se representaron históricos momentos que cambiaron el devenir de Gran Bretaña, incluyendo el movimiento para permitir votar a las mujeres, los primeros inmigrantes caribeños y Los Beatles. Mientras el desfile prosiguió, cuatro anillos olímpicos sobrevolaron el estadio y, cuando el quinto alcanzó su posición, se encendieron y centellearon con profusión.

Se presentó un cortometraje que incluyó a James Bond (Daniel Craig) entrando al Palacio de Buckingham escoltando a la Reina Isabel II hasta un helicóptero que voló por Londres hasta el estadio donde Bond y su Majestad saltaron del aparato usando paracaídas con la bandera del Reino Unido. Entonces, la Reina y el Duque de Edimburgo, junto al Presidente del COI, Jacques Rogge, ingresaron al estadio. 
 Luego, las enfermeras del Servicio Nacional de Salud entraron con niños sobre camas de hospital. En un ambiente distendido, comenzó un homenaje a la literatura infantil, con J. K. Rowling leyendo un fragmento de Peter Pan y representaciones inflables de los villanos de los cuentos, el Capitán Garfio, Cruella de Vil y Lord Voldemort. Posteriormente surgieron los capturadores de niños, así como docenas de Mary Poppins, que descendieron en paraguas volantes. 
 

Luego, Sir Simon Rattle dirigió una interpretación de «Carros de fuego» de Vangelis, con Rowan Atkinson tocando repetida y cómicamente una sencilla nota en el sintetizador. Escénicamente, el actor cae en un sueño en donde se une a los corredores de la película Carros de fuego golpeándolos en su emblemática carrera de entrenamiento en la playa. 

Las interpretaciones fueron seguidas por una secuencia sobre la cultura popular británica. Una joven madre y su hijo se dirigen a casa en el centro del escenario en un Mini Hatch. Cada uno de los lados de la casa sirve como una pantalla de proyección que muestra clips de varias películas, programas televisivos y vídeos musicales británicos. Un gran grupo de bailarines, rodean a un chico y una chica que flirtean a través de teléfonos móviles, todo con un fondo de canciones populares británicas Al final, la casa sube para dejar ver a Sir Tim Berners-Lee trabajando en la invención del World Wide Web, donde teclea: “Esto es para todos”. 
 
Una secuencia filmada mostró a David Beckham conduciendo una lancha a motor en el Támesis y cruzando bajo el Puente de la Torre, llevando la antorcha olímpica junto a la futbolista Jade Bailey. 
Continuó el desfile de las 204 naciones participantes, amenizado por canciones populares. Siguieron los protocolares discursos de las distintas autoridades. La bandera olímpica fue transportada por 8 personas de alrededor del mundo como símbolos del valor olímpico. Esta se izó al sonido del Himno Olímpico.
David Beckham, ayudó a Sir Steve Redgrave, ganador de 6 medallas olímpicas, a encender su antorcha. Redgrave la llevó al estadio, a través de una guardia de honor formada por trabajadores que construyeron el Parque Olímpico y se la entregó un equipo de siete jóvenes deportistas, cada uno nominado por un famoso olímpico británico para transmitir el ánimo de los Juegos 2012 e «inspirar a una generación». 
 Después de completar una vuelta del estadio, iluminaron los 204 pétalos de cobre —uno para cada nación que participa en la competición— acoplados en largos y finos tubos. Cuando la llama encendió todo los pétalos, subieron y convergieron para formar el pebetero olímpico, diseño de Thomas Heatherwick.
El encendido del pebetero fue seguido por una presentación de fuegos artificiales, ambientados con la canción «Eclipse» de Pink Floyd. Por último, Sir Paul McCartney y su banda interpretaron «The End» y «Hey Jude» cantada por el estadio completo para cerrar de esta manera la ceremonia y dar comienzo a 2 semanas de apasionante emoción en las lides deportivas.