Corría el mes de abril en 1741, en un húmedo y sombrío Londres, un regio púgil de 36 años llamado Jack Broughton participó en un torneo de boxeo con puños desnudos que cambiaría para siempre el estilo del pugilismo. Broughton, que medía 1,80 m y pesaba casi 90 kg, se enfrentó a George Stevenson, un cochero de Yorkshire. El ágil Stevenson tenía mejor juego de piernas que su contrincante y soltaba los golpes con mayor rapidez, pero Broughton era más pesado y golpeaba con mayor solidez… y eso resultó crucial. La pelea concluyó cuando Broughton derribó a Stevenson con un directo por debajo del corazón. El cochero falleció tres semanas más tarde a consecuencia de las lesiones sufridas. Broughton, afligido, se comprometió buscar maneras de evitar la ocurrencia de tragedias semejantes.
Luchar con los puños como competición y espectáculo ha sido una de las actividades deportivas más antiguas de la historia de la humanidad. Las competencias pugilísticas se han practicado desde la Antigüedad en todos los continentes con excepción de América.
Su origen se cree africano y se remonta al año 6000 a. C., en la zona de la actual Etiopía, de donde se difundió primero a la civilización egipcia y, posteriormente, a Mesopotamia, donde se encuentran bajorrelieves de luchadores que datan del año 5500 a. C. De Egipto pasó a la civilización minoica desarrollada en Creta, mientras que de Mesopotamia se expandió a la India.
La palabra "boxing" ya se utilizaba en Inglaterra en el siglo XVI para referirse a una riña de puños. Pero la primera constancia de un combate de boxeo como justa deportiva entre dos contrincantes es de 1681, mientras que el primer uso de la palabra "boxing" para referirse al deporte, data de 1711.
Para principios del siglo XVIII, el boxeo ya es un deporte popular en Londres y en algunas ciudades inglesas, donde se luchaba por dinero y los espectadores hacían apuestas. Para esa época, esta actividad era una mezcla brutal de lucha libre y combate a puño limpio.
En 1719, un luchador de Oxforshire conocido como James Figg, es reconocido como el primer campeón de Inglaterra y reinó hasta su muerte, en 1734. Lo sucedió su discípulo, Jack Broughton, quien mantendría la supremacía hasta 1750. El hecho narrado al comienzo provocó que Broughton abandonara inicialmente la práctica del boxeo, pero luego tuvo la vital intención de diseñar una serie de reglas que previnieran la reiteración de hechos como aquel.
Dos años más tarde, Broughton inauguró un campo de boxeo en Londres, cerca de Tottenham Court Road, cuyas peleas se harían de acuerdo a un reglamento redactado por él con el que pretendía convertir el boxeo en un deporte más humano y científico, dotándolo así con un enfoque técnico y metódico y optimizando los golpes y desplazamientos. Broughton escribió siete reglas originalmente, que en 1838 se ampliaron a 23 y a 29 en 1853.
El nuevo reglamento, dado a conocer el 16 de agosto de 1743 y distinguido como “London Prize Ring rules” prohibía golpear al rival por debajo de la cintura y cuando estaba en el suelo. Los asaltos finalizaban ante la caída de uno de los púgiles. Al rival caído se le concedía medio minuto para recuperarse y, al levantarse, debía tocar con el pie una señal de tiza trazada en el centro del ring. Si no conseguía llegar a la línea, se le declaraba vencido.
Broughton también introdujo los guantes de boxeo. Con ellos pretendía reducir las lesiones oculares, las mandíbulas rotas y las narices sangrantes. Pero los guantes sólo se usaban en las demostraciones de boxeo, mientras que en los torneos se siguió boxeando con los puños desnudos.
Cuando estaban en juego grandes sumas de dinero, los espectadores invadían muchas veces el ring al ver en peligro al púgil por el que habían apostado. Para evitarlo, Broughton introdujo los cuadriláteros de madera y lona colocados a 1,8 m sobre el suelo.
El Reglamento de Broughton siguió aplicándose con algunas modificaciones, durante casi 100 años, hasta 1838, año en que se le rebautizó Reglamento de los Torneos de Boxeo de Londres. Después, en 1867, se impusieron las reglas de la marquesa de Queensberry, gran entusiasta del boxeo. Este nuevo reglamento, aún vigente, estableció el uso obligatorio de guantes, prohibió usar técnicas de lucha en el ring y dictaminó que los asaltos durasen 3 minutos.
El estadounidense John L. Sullivan fue el último boxeador en ganar un campeonato mundial bajo las reglas de London Prize Ring, al vencer en 1882 a Paddy Ryan y fue el último en defender el título según las mismas directrices, al vencer en 1889 a Jake Kilrain.
La pasión y entereza de Jack Broughton permitieron que éste, en lugar de abatirse por el mortal acontecimiento de Londres, pensara en humanizar el boxeo con el fin de evitar daños irreversibles a los contrincantes. Al morir en 1789, el “padre del boxeo moderno” fue sepultado en la Abadía de Westminster y fue miembro del primer grupo que ingresó en el Hall de la Fama del Boxeo Internacional en 1990.
Interesante Angel, de verdad que no tenia ni idea del origen del boxeo.
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