Alemania Federal organizó la X Copa del Mundo de Fútbol, que se realizó del 13 de junio al 7 de julio de 1974. Al igual que México, los germanos aprovecharon la infraestructura levantada para los olímpicos que se disputaron en Múnich dos años atrás. Las sedes se dispersaron a lo largo de toda la República totalizando 9 ciudades.
En 1964, en el congreso celebrado en Tokio, la FIFA resolvió que el campeonato de 1974 se disputara en Alemania. A pesar del aún vivo recuerdo de la muerte de millones de inocentes y enormes pérdidas materiales que provocó la 2a gran guerra, el nuevo presidente de la FIFA, João Havelange, creía que era injusto y exagerado que Alemania no fuera sede de la Copa Mundial, ya que la realidad del país y el pensamiento general de los mismos alemanes repudiaba el pasado nazi y deseaba una oportunidad de resarcir errores. Además habían obtenido un título mundial en 1954, y habían llegado muy lejos en 1958, 1966 y 1970.
Uno de los contendores de las eliminatorias no logró clasificó por ser fiel a sus ideales. Luego del empate sin goles en Moscú los soviéticos se negaron a jugar el partido de vuelta con Chile debido al golpe de estado liderado por Augusto Pinochet, quien derrocó al gobierno de Salvador Allende, quién fue encontrado muerto en su despacho presidencial. Los europeos rompieron relaciones con el nuevo régimen. Ellos aducían que no se podía disputar una eliminatoria en un campo de concentración. Se referían al estadio Nacional, el cual fue utilizado como patio de fusilamientos durante el genocida gobierno de facto; se calcula que durante las primeras semanas pasaron por allí alrededor de 4 mil detenidos.
Finalmente los rusos debieron pagar una multa por no presentarse a jugar y la selección chilena disputó uno de los partidos más patéticos de su historia mundialista. En ese encuentro los trasandinos jugaron contra nadie y en el arco vacío anotó los cinco goles más fáciles de la historia, ante un colmado estadio que ovacionaba de pie a los héroes que derrotaban al comunismo despiadado. Así, la roja lograba su valiente participación en el mundial del ´74.
Hungría, España (por última vez), Francia e Inglaterra no alcanzaron el cupo deseado.
Se estrenaba nueva copa y la codiciaban 9 selecciones europeas, 5 americanas y también Australia y Zaire. Se llamó la Copa Mundial FIFA y se dispuso que el modelo se eligiera por concurso, al que se presentaron 53 proyectos de 7 países, donde cinco miembros de la FIFA se encargaron de e el trofeo ganador.
El autor, escogido por unanimidad, fue Silvio Gazzaniga de la firma milanesa Bertoni. La estatuilla mide 36 centímetros, pesa 4970 gramos, costó alrededor de 20 mil dólares y está construida de oro macizo de 18 quilates.
La obra representa a dos atletas en posición de victoria, alzando los brazos y sosteniendo un globo terráqueo. La base es de malaquita y su ancho máximo, ubicado en el globo, mide 150 mm.
El Mundial de Alemania repitió la pelota Telstar, estrenada 4 años atrás en México, pero con la variante de ser la primera pelota impermeable. Adidas incorpora el número del jugador en los pantalones. También fue el primer torneo en utilizar dos mascotas en vez de una, se trató de dos niños morochos, uno moreno y bajo y el otro rubio y más alto llamados Tip y Tap.
La matanza de deportistas israelíes cometida por el grupo Septiembre Negro en los Juegos Olímpicos de 1972 cambió para siempre la concepción de la seguridad en los grandes eventos deportivos. Como precaución, los espectadores, periodistas, empleados del estadio y hasta los conjuntos folklóricos que actuaron en la ceremonia inaugural estuvieron asegurados: 4.000 dólares en caso de muerte y 8.000 en caso de invalidez. La fiesta inaugural tuvo un colorido magnífico y una organización excelente.
Como principales novedades destacan las referentes al sistema de clasificación. Los 16 equipos participantes se reducen a la mitad en la primera fase. Los ocho combinados restantes se dividían en dos grupos donde los ganadores de cada uno se enfrentarían en la final y las dos selecciones escoltas lucharían por el tercer y cuarto puesto.
En el grupo A la selección anfitriona pasó apuros debido al inédito enfrentamiento entre las dos alemanias. La República Democrática venció ese partido por la mínima gracias a gol de Sparwasser. Fue, quizás, el último grito a favor del fútbol amateur, que era el carácter que tenía en la Alemania comunista frente al capitalismo de los profesionales. Así quedó líder de grupo sobre la Federal quedando en el camino Chile, con dos empates ante los orientales y la colista Australia quienes perdieron ante ambos germanos. La derrota le permitió a la República Federal eludir en la segunda fase a Holanda y Brasil.
En el grupo B se enfrentaron Brasil, campeón reinante, y Yugoslavia protagonizando un insulso empate sin goles en el cotejo inaugural.
Días después del debut de la selección de Zaire, donde cayó derrotada ante Escocia por 2 a 0 y en vísperas del partido contra Yugoslavia, llegó a Alemania un grupo de brujos del país africano para ejercer influencia espiritual y facilitar la labor del inexperto equipo nacional. Pero cuando los hechiceros llegaron a la puerta de la concentración zaireña, su director técnico, el yugoslavo Vidinic, no les permitió el acceso. Nunca antes siete jugadores de un mismo equipo habían marcado un gol en un solo partido. Lo hicieron siete yugoslavos ante Zaire (9-0).
El grupo fue regido por Yugoslavia, seguido por los cariocas. Ambos avanzaron por diferencia de goles, ya que hubo un triple empate en el primer lugar entre ellos y Escocia. Los africanos se despidieron del certamen sin puntos ni goles a favor, recibiendo la friolera de 14 tantos en su valla. Escocia fue el único conjunto que no perdió ningún partido en la Copa de 1974. Ningún otro equipo ha sido eliminado en la primera fase después de ganar un encuentro y permanecer invicto.
En el tercer grupo se presentó la gran sensación del certamen, la "Naranja Mecánica", la selección holandesa, cuyo juego destacaba por su "fútbol total", una táctica innovadora en la que todos defendían y atacaban en bloque. Al respecto, su líder, Johan Cruyff, comentaba: " Holanda no tiene un sistema de juego. Tiene varios y los aplica según las necesidades del partido. Nos importa saber cómo juega el adversario, sus puntos fuertes y sus flancos débiles. Pero sobre todo nos interesa saber qué somos capaces de hacer”.
Los holandeses pasearon el grupo con 5 puntos invictos, al igual que Suecia, aunque con un punto menos al ceder un empate con Bulgaria (posteriormente entablarían con los tulipanes). Los escandinavos presentaron un equipo muy completo en todas sus líneas, destacando su veterano arquero Ronnie Hellström y el joven delantero Ralf Edström. La gran decepción fue Uruguay quien se despidió del mundial con solo un punto y un gol en sus haberes.
Polonia, un aguerrido conjunto que contaba entre sus filas al gigante y ágil cancerbero Jan Tomaszewski, su diligente capitán Deyna y a los letales Lato y Szarmach encabezó el cuarto grupo con el puntaje ideal seguida por la selección argentina, que en el debut perdió con los polacos, empatando luego a un tanto con Italia.
El haitiano Ernest Jean Joseph protagonizó el primer caso de dopaje en la historia de los mundiales. Consumió la sustancia efedrina, pero como no había una legislación antidoping, sólo se le expulsó del torneo. Dos días después de su único partido en un mundial, contra Polonia, fue sacado en secreto y por la fuerza de la concentración por acción de la guardia del dictador haitiano Jean Claude Duvalier. Una vez en su tierra natal, lo condujeron al palacio de gobierno, donde fue reprimido personalmente por su presidente y trasladado luego a un campo de detención clandestina, donde fue salvajemente torturado. Dos años más tarde recuperaría su libertad.
Para clasificar a la 2a ronda, Argentina debía derrotar por varios goles a Haití y esperar que los polacos derrotasen a los italianos. Los polacos cumplieron dominando a los ítalos 2 a 1 y los albicelestes a los caribeños por 4 tantos a 1. Argentina clasificó por diferencia de goles. Haití, a pesar de albergar 14 goles en sus alforjas celebró los 2 goles de Enmanuel Sanón, los cuales todavía se recuerdan hoy en día.
Al conformarse los grupos en la segunda fase, Argentina fue indefensa víctima del “futbol total” y fueron arrollados 4 a 0 por los holandeses. Tanto la “naranja mecánica” como los “verdeamarelhos” dominaron sus cotejos ante pamperos y alemanes del Oriente enfrentándose en un durísimo partido por el pase a la final el cual finalizó a favor de los europeos con anotaciones de Neeskens y Cruyff.
En el otro grupo se vivió situación similar cuando alemanes y polacos sometieron a suecos y yugoslavos, incluyendo un apasionante encuentro entre teutones y escandinavos bajo un torrencial aguacero y 6 goles, 4 de Alemania. Los capitaneados por Kazimierz Deyna no pudieron desbaratar la ordenada defensa orquestada por Franz Beckenbauer y sucumbieron por el golazo de Gerd Müller en el minuto 76. Caía Polonia, la selección sorpresa y, con 16 tantos, la más goleadora del torneo; su portero, Tomaszewski, fue el primero en detener, en juego, dos tiros de penal en un mundial.
Ni la técnica brasileña, ni la astucia polaca alcanzaron para afianzarse en las posiciones de honor, debiendo conformarse con el partido consuelo. Polonia, con tanto de su estrella Lato, logró el bronce ante un Brasil desarticulado y sin alma.
Por primera vez en la historia, la final de la Copa Mundial de la FIFA no se celebró en la capital del país anfitrión: las selecciones de Alemania Occidental y Holanda se enfrentaron en el Olympiastadion de Múnich con sus oncenas de gala: Alemania con Maier, Vogts, Schwarzenbeck, Beckenbauer, Breitner, Hoeness, Bonhof, Overath, Grabowski, Müller y Holzenbein. Holanda lo hizo con Jongbloed, Suurbier, Rijsbergen (de Jong, m. 68), Haan, Krol, Jansen, Neeskens, Van Hanegem, Rep, Cruyff y Rensenbrink (R. Van de Kerkhof, m. 46).
Se enfrentaban la experiencia de los tres mundiales de Franz Beckenbauer contra la capacidad de mando de Cruyff. La picardía de Neeskens frente al cerrojo de Maier y Vogts. El fútbol colectivo y la estrategia de juego adornada con talentos personales versus la fluidez de movimientos rápidos para taponar todos los espacios relegando a un segundo plano la posición en el campo.
Antes de que se cumpliera el minuto de juego, Cruyff se internó en el área y fue derribado por Hoeness, la pena máxima la transforma Nesskens, el gol más rápido anotado en una final.
El orgullo alemán estaba herido. A pesar de llevar el marcador en contra, los alemanes no se intimidaron y cambiaron las marcas. Vogts bloqueó la capacidad creadora de juego de Johan y Bonhof hizo lo propio con Neeskens. Beckenbauer deleitó al público con genialidades que acapararon centros a favor de los delanteros alemanes y que provocaron, tras mucha persistencia, un nuevo penal que subió al marcador con disparo de Breitner. El encuentro se igualó, aunque el peso del choque recayó en las espaldas alemanas. Esa persistente delantera acompañada de una defensa firme y férrea definía al seleccionado federal como un equipo que exprimía su máximo rendimiento para hacerlo efectivo. De ahí que llegara el segundo y último gol del partido. No podía ser otro que Muller quien le diera la vuelta al marcador.
En la segunda mitad, los holandeses buscaron febrilmente el empate. El cansancio les pasó factura y las grandes actuaciones del arquero Maier los alejaban de su meta. La naranja mecánica se debilitaba mientras los alemanes se encerraban en su campo para mantener intacto el marcador. Aún así nunca se rindieron y buscaron una épica remontada que nunca llegó. Tras el pitazo final Alemania alcanzaba, 20 años después de su primera victoria en Suiza, su segundo título Mundial.
Lato, con siete tantos, resultó goleador de la Copa, seguido por su conacional Szarmach y el holandés Neeskens, ambos con cinco.
Gerd Muller rompió el récord de mayor cantidad de goles convertidos por un jugador en los mundiales: luego de haber convertido diez tantos en el Mundial de México ´70, envió la pelota al fondo del arco cuatro veces en su tierra natal. Al finalizar el mundial, el delantero alemán se retiró de la selección.
El Mundial del ´74, también se recuerda por ser el de mayor cantidad de tarjetas de amonestación, fueron mostradas setenta y nueve amarillas y cinco rojas.Hasta el día de hoy se establece que el título lo obtuvo Alemania, pero el campeón “moral” fue la mágica selección de los países bajos. Holanda perdió la final, pero eso no impidió a la selección de los Países Bajos marcar un antes y un después en la historia del fútbol.
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