
Juan Antonio Samaranch, de 89 años, el dirigente deportivo español más importante de la historia, que presidió el Comité Olímpico Internacional entre 1980 y 2001 ha fallecido a las 13:25 horas de hoy, 21 de abril, en el Hospital Quirón de Barcelona por una insuficiencia coronaria aguda.

Hijo de un rico industrial textil oriundo de Madrid y de una de las herederas de la familia Torelló , Juan Antonio Samaranch Torelló nació en Barcelona el 17 de julio de 1920. Contrajo nupcias en 1955 con una joven ilustre de la sociedad catalana, María Teresa Salisachs-Rowe, de la que enviudó el año 2000, en plena ceremonia de los JJ OO de Sydney. Tenía dos hijos: María Teresa , presidenta de la Federación Española de Deportes de Hielo y Juan Antonio, actualmente miembro del COI y vicepresidente de la Federación Internacional de Pentatlón.

Fue periodista deportivo y jefe de la delegación española en varios JJOO desde 1956. Siendo periodista, en un partido entre Madrid y Barcelona, los jugadores culés fueron amenazados con no salir vivos de allí si no perdían el encuentro. El partido acabó 11 a 1 a favor de los blancos. Samaranch se quejó al respecto y su licencia de periodismo le fue retirada sin dejarle ejercer por un lapso de tiempo. Más adelante, para poder practicar su profesión y ganarse el respeto del régimen se afilió a la Falange.
Inició su carrera política como concejal de Deportes en el Ayuntamiento de Barcelona (1955-1962), organizando en su ciudad natal los II Juegos del Mediterráneo. En 1967 fue designado Delegado Nacional de Educación Física y Deportes. A él se deben los lemas «Contamos contigo» y «Vive deportivamente», que concibió en un despacho adornado con imágenes de Franco. En 1964 pasa a ser procurador en las Cortes franquistas donde permaneció por tres períodos, hasta 1977.
En 1973 fue escogido presidente de la Diputación Provincial de Barcelona y cuatro años después, tras la muerte de Franco, embajador en la URSS y Mongolia. Este cargo favoreció la coyuntura de establecer los contactos políticos necesarios en la Europa del este para poder alcanzar la presidencia de la institución olímpica.
En el ámbito deportivo, fue elegido miembro del COI en 1966 y, en 1967, presidente del Comité Olímpico Español, del que dimitió en diciembre de 1970. El 23 de octubre de 1974, por aclamación, alcanza la vicepresidencia del COI.


Samaranch defendió la ética en el deporte, peregrinó con su eterna lucha contra el dopaje y con el programa de Solidaridad Olímpica, especialmente ayudando a los países del Tercer Mundo, con un programa de becas para atletas de países pobres. Integró el deporte en la cultura. Unió intelecto y músculo.
Pero sobre todo, rescató a los Juegos Olímpicos de la bancarrota en la que se encontraba al final del los 70´s para convertirlo en el movimiento deportivo más importante de la modernidad y concibió el patrocinio olímpico como una actividad global que se debía hacer desde el COI y no desde la ciudad organizadora.

En 2001, tras haber renunciado a la presidencia del COI tras 21 triunfantes años, fue sucedido por Jacques Rogge y fue nombrado presidente de Honor Vitalicio.

Autor de «Memorias Olímpicas», Samaranch fue uno de los más decididos defensores de la candidatura de Madrid para los Juegos de 2012 y 2016. El 2 de octubre de 2009, con lágrimas en los ojos, pidió a sus camaradas del organismo que «en el final» de sus días tomaran en consideración premiar a su país «con el honor de organizar los Juegos Olímpicos».
Con el deceso del Marqués de Samaranch, título que le fue concedido en 1991, desaparece el hombre que supo lidiar contra la intolerancia y fijó la paz sobre el ruedo deportivo. Era el sexto aro olímpico. El auténtico señor de los anillos. Juan Antonio Samaranch.

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