martes, 13 de abril de 2010

Vientos de Guerra en Francia 1938

La III Copa Mundial de Fútbol se disputó en Francia entre el 4 y el 19 de junio de 1938, mientras los tambores de la guerra se retumbaban por toda Europa.

Una de las premisas que perseguía respetar la FIFA desde 1930 era la alternancia entre Europa y Sudamérica a la hora de hospedar los Mundiales de Fútbol. Pero Jules Rimet, temeroso de que la 3a edición de la cita mundialista fuera la última en vista del clima prebélico que se cernía ante la amenaza de los sistemas fascistas, insistió en la elección de Francia como sede, si bien la excusa esgrimida era que el país galo contaba con mejores infraestructuras que Argentina para albergar dicho evento.

Ante el cambio de sede los países sudamericanos declinan su participación. Sólo Brasil asistió ya que tenían serias expectativas de organizar el Mundial de 1942. Tampoco disputaron las eliminatorias España, inmersa en una violenta Guerra Civil, ni Japón y China, que se enfrentaban por aquel entonces en la II Guerra Sino-japonesa.

Fue la primera Copa del Mundo en que cada país llevó 22 jugadores, y también en la que se clasificaron de forma directa tanto el último campeón como el país anfitrión. Se decidió que ante igualdad en la final se jugaría un tiempo extra de 30 minutos y, si aún persistía la paridad, se disputaría un nuevo partido con su respectivo adicional y, si persistiera el empate, ambos equipos se considerarían campeones.

Indonesia, que por ese entonces se llamaba Indias Holandesas, fue el primer equipo asiático en disputar un Mundial.

Iniciado el 4 de junio, los 8os de final revelaron lo emotivo que sería el Mundial. Cinco de los siete encuentros llegaron a prórroga y se precisaron incluso dos desempates. Hungría pasó fácil sobre Antillas Holandesas, mientras los de casa disponían (3-1) de los belgas y los checos goleaban (3- 0) a Holanda.

Cuba protagonizó la sorpresa cuando, tras empatar ante Rumania, aguantó el resultado en la prórroga para forzar un segundo partido, en el cual culminaría la hazaña al vencer por 2 a 1.

Austria había conseguido la clasificación. Sin embargo, cuando el ejército hitleriano invade el país y lo suman al 3er Reich, 5 jugadores del combinado austriaco pasan a engrosar las filas del equipo alemán. La FIFA ofreció la vacante de Austria a Inglaterra, quien se negó indignada por no haber organizado ningún Mundial. Al final, la plaza quedó ausente y Austria descalificada.

El seleccionado germánico, luciendo la esvástica sobre el águila en su camiseta, caería derrotado 4 a 2 frente a la modesto selección de Suiza, luego de ir ganando por dos a cero. En éste cotejo, los 21 mil espectadores repudiaron a los alemanes, quienes saludaron con el típico gesto nazi. En contestación, los asistentes cantaron la Marsellesa.

Por vez primera, Brasil careó la disputa del Mundial con un equipo de garantías, presentando una escuadra con reales opciones de triunfo. Brasil resultó ser la gran atracción de la competición, al desplegar un espléndido juego táctico y justificar su reputación venciendo a Polonia en uno de los mejores partidos de la historia, por un increíble 6-5 (con prórroga incluida). Leonidas, "el diamante negro", y Willimowski marcaron cuatro goles cada uno.

En lo que se conoce como “La Batalla de Burdeos”, Brasil se enfrentó a Checoslovaquia. El cotejo pareció más una carnicería que un partido mundialista. Se dice que el técnico sudamericano, Ademar Pimienta, ordenó a Zezé "que Nejedly no toque la pelota" y cumplió al pie de la letra: a los 12 minutos del primer tiempo le quebró brutalmente el tobillo. A pesar de la terrible lesión, el delantero checo continuó en el campo, (en esa época no se permitían cambios). Leónidas adelantó a los brasileños y Nejedly, pese a su lesión, empató de tiro penal. El juego finalizó con empate. A los brasileños les expulsaron a dos jugadores y le lesionaron varios más. Mientras que a los checos le echaron a un jugador y dos, Planicka, con una clavícula rota y el propio Nejedly, terminaron en el hospital. Para el encuentro de desempate, disputado 48 horas más tarde, los amazónicos sólo pudieron repetir dos futbolistas del primer partido: el arquero Walter y el excepcional delantero Leónidas. A pesar de todos los infortunios triunfaron los cariocas por dos a uno con dos tantos del propio Leónidas, quien concluyó como líder goleador del Mundial con 8 anotaciones.

En el estadio de Colombes con de 61 mil hinchas en las gradas, la anfitriona Francia, que venía de vencer a Bélgica, sucumbió por 1 a 3 ante Italia, vencedora de una dura Noruega (2-1) siendo la primera ocasión que el anfitrión no se alza con la victoria de la Copa Mundial.

Los suizos pagaron el esfuerzo realizado ante los alemanes y cayeron ante los húngaros con goles de Sarosi y Szengeller, mientras Suecia goleaba en su debut a la sorpresiva Cuba (8-0).

Por las semifinales de la Copa del Mundo se enfrentaron las selecciones de Suecia y Hungría. A los 35 segundos de iniciado el cotejo, los suecos convirtieron el primer tanto, pero luego de conseguir la ventaja parcial, no volvieron a patear al arco rival durante los restantes 89 minutos y medio. Los húngaros, en cambio, si patearon al arco sueco y ganaron por 5 a 1 pasando a la final.

Italia, con un gol de penal más que dudoso, repitió la campaña del Campeonato anterior y en semifinales derrotó a Brasil, quienes insólitamente no incluyeron en su equipo titular a Leónidas, a Tim y a Brandao, para reservarlos para una hipotética final. El delantero Piola se tiró al suelo como si le hubiera atravesado un rayo, levantando dramáticamente su mano y señalando a un supuesto agresor. El juez suizo le creyó y cobró el penal, mientras los brasileños protestaban. Piola se levantó del suelo como si nada hubiese pasado. El encargado de convertir el penal en gol fue Giuseppe Meazza quien tomó carrera y, cuando le faltaban dos pasos para llegar a la pelota, se le cayó el pantalón. El ejecutor rápidamente se levantó el pantalón con la mano derecha y, sin darle tiempo a Walter, el arquero brasileño, convirtió el tiro desde los doce pasos.

El 19 de junio, en el estadio Colombes de París, y frente a 50 mil personas, italianos y húngaros disputaron el título. Mussolini, envió a Meazza, el capitán italiano, un telegrama el cual finalizaba con un “vencer o morir”.

Los italianos, con un apasionamiento inusitado, pudieron contener la imaginación magiar y encauzar el encuentro en la primera mitad. En los primeros minutos Colaussi inaugura la cuenta, que fue anulada casi de inmediato por Titkos. Pero Piola y otra vez Colaussi aventajan a los italianos antes del final del primer tiempo.

En la segunda parte Sarosi le da emoción al partido acortando distancias a 20 minutos del final, pero los últimos minutos de la 'azzurra' volvieron a ser fulminantes: el magnífico entendimiento entre Meazza y Piola sirvió para que éste sentenciara en el minuto 82, poniendo el broche de oro al partido, al campeonato y, en definitiva, al fútbol antes de la II Guerra Mundial.

Finalmente Italia venció por 4 tantos contra 2, Pozzo y los suyos volvieron a salvar la vida. Los magiares dejaron el césped con lágrimas en los ojos. Años más tarde, Szabó, el portero húngaro, declaró: “Nunca en mi vida me sentí más feliz después de un partido. Con los cuatro goles que me hicieron, le salvé la vida a once seres humanos.

Cuatro años después de obtener el título en Roma, la selección italiana se convirtió en el primer bicampeón de la historia y, de paso, en el primer equipo que lograba el campeonato fuera de su país.

Al siguiente día, los campeones vistieron uniforme marcial en la ceremonia de premiación y, encarando al público, saludaron con la palma de la mano extendida, el típico saludo "Fascista".

Cuando finaliza este Mundial el mundo del fútbol sufriría un parón de 12 años debido a la Guerra Mundial, reanudándose nuevamente en 1950. Otra etapa, otro fútbol.

2 comentarios:

  1. Es bueno tomar en cuenta que Italia
    fue campeon olimpico en Berlin - 1936, lo que indica que tal vez esta fue la era dorada de su futbol.

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  2. En un fútbol incipiente a nivel internacional, Italia era una de las grandes potencias de la época. La competencia se enfocaba en 2 ó 3 países más. Pero Italia siempre ocupa lugares preponderantes a todo nivel balompédico. Aquélla fue UNA de sus épocas de oro. (No creo que esté diciendo esto).

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